El anisakis

lunes, 31 de marzo de 2008


Los españoles oímos hablar por primera vez del anisakis en las navidades de 2006, cuando se aprobó un Real Decreto para proteger a los consumidores, y se puso en marcha una campaña de prevención para dar a conocer los riesgos de este parásito, que se encuentra exclusivamente en el pescado. Reacciones alérgicas y alteraciones digestivas son las consecuencias de esta infección, cuya incidencia empieza a crecer en nuestro país.

Una infección muy molesta

Sólo tienen que pasar unas horas para que los síntomas de esta infección se manifiesten. Suele aparecer dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las larvas, que suelen medir hasta 2 cm, se pueden llegar incluso a expulsar tosiendo. Si pasan al intestino, la respuesta se puede producir hasta una o dos semanas después y causa síntomas similares a la enfermedad de Crohn.

Las personas sensibles pueden llegar a sufrir severas reacciones anafilácticas después de comer pescado infectado por anisakis y la reacción puede confundirse con alergia al marisco, ya que los anisákidos son difíciles de encontrar en una prueba.



Las modas gastronómicas que incluyen consumo de pescado crudo o poco hecho, y el agotamiento de los caladeros tradicionales de pesca, que han obligado a adentrarse en zonas más lejanas donde el parásito es más frecuente, hacen imprescindible que el sector de la restauración y cada consumidor en casa tengan claros los tres consejos básicos para prevenir la anisakiasis: limpiar el pescado lo más pronto posible, cocinarlo correctamente, ya que el calor destruye las larvas, y congelarlo en caso de que se vaya a consumir crudo o poco hecho a una temperatura inferior a -20º C durante al menos un día.

 

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