La salud y los viajes

sábado, 22 de marzo de 2008


Los destinos exóticos son las estrellas del turismo: A muchos turistas les atraen los viajes intercontinentales a lugares paradisíacos y culturas remotas. Las selvas ecuatoriales, playas tropicales, sabanas africanas o los más exóticos paisajes asiáticos son destinos favoritos del turismo mundial.

El problema es que en la mayor parte de estos países existen enfermedades ya erradicadas en los países desarrollados. Un viaje de ensueño puede convertirse en una pesadilla si no tomamos ciertas medidas de precaución. La prevención es la mejor forma de asegurarse de que las vacaciones no se conviertan en una mala experiencia.



Lo primero que debemos hacer: vacunarnos

Antes de planear cualquier viaje, debemos informarnos de las características sanitarias de cada país, datos que obtendremos de nuestra agencia de viajes o de las embajadas correspondientes. El viajero ha de tomar nota de las precauciones sanitarias y vacunas que se deben tomar antes y después de realizar un viaje.

Para vacunarnos nos debemos dirigir a los Centros de Vacunación Internacional que hay en todas las capitales provinciales, ya que estos son los únicos donde podremos conseguir la tarjeta de vacunación, necesaria para acceder a muchos países y sin la cuál pueden denegarnos la salida del aeropuerto de destino. Es importante empezar a prepararnos al menos con un mes de antelación, ya que muchas vacunas necesitan de un tiempo mínimo antes de ser efectivas.

El tiempo de estancia fuera del país de origen es también determinante a la hora de resolver el tipo de vacuna y cómo se administra. Si estamos en una zona exótica menos de quince días, en un área urbana y en hoteles dentro de rutas turísticas preestablecidas, hay un riesgo relativamente bajo. El peligro se incrementa cuando las estancias se prolongan más de tres semanas y el turista se desvía de las rutas habituales.

Cada lugar, una vacuna

La vacuna de la fiebre amarilla debe administrarse si viajamos a África y Sudamérica, aunque en casos particulares como las embarazadas y los niños menores de nueve años está contraindicada. Esta inyección es capaz de inmunizar durante 10 años. Tratarse contra la hepatitis A y B también es muy frecuente, todo depende de las recomendaciones de nuestro médico.

Enfermedades ya desaparecidas en el Primer Mundo como la meningitis del tipo A y del tipo C, siguen hoy siendo peligrosas en el norte de la India, Nepal, Bhutan, Pakistán y el África Subsahariana. La vacuna sólo es necesaria para casos en los que el viajero se quede en el país extranjero más de un mes, especialmente si se pretende residir en zonas rurales y en estrecho contacto con la población local.

En Bangladesh, Bolivia, China, Ecuador, Etiopía, México, India, Filipinas y Tailandia se aconseja además la vacuna antirrábica, porque en esos lugares no se puede conseguir y es aconsejable administrarla antes de correr cualquier riesgo. Veterinarios, zoólogos y espeleólogos son los más expuestos a este tipo de infección.

Existen patologías propias de los países exóticos que además son muy peligrosas, como por ejemplo, la enfermedad del sueño, el cólera, las fiebres hemorrágicas víricas, la fiebre tifoidea, la tuberculosis y la malaria o paludismo. La OMS emite un boletín donde se avisa de los países de riesgo.

Cuidado con lo que comemos

Diarreas y gastroenteritis son muy comunes entre los turistas, sobre todo por ingerir comida o bebida en mal estado. El agua, aunque sea potable, tiene que ser siempre embotellada y, a ser posible, optar por marcas conocidas. La mayoría de los virus se encuentran en el agua, así que esta medida de precaución nos puede evitar muchas complicaciones. Hay que utilizar agua embotellada también para lavarnos los dientes o en la higiene personal. Evitaremos tomar helados en la calle y bebidas con cubitos de hielo, ya que no sabemos de dónde procede el agua que contienen.

También debemos llevar un botiquín con los medicamentos básicos. Analgésicos, antihistamínicos, antibióticos, antiespasmódicos y antidiarreicos son fundamentales en zonas tropicales. Además, añadiremos algunas herramientas como tijeras, gasas estériles, esparadrapo, tiritas y un termómetro.

Para evitar las picaduras de insectos, no olvidemos los productos repelentes y medicamentos calmantes. Evitando salidas al anochecer y al amanecer, y cubriendo nuestro cuerpo lo máximo posible, reduciremos el riesgo de picaduras.

 

0 comentarios:

Publicar un comentario