El anisakis
lunes, 31 de marzo de 2008
Los españoles oímos hablar por primera vez del anisakis en las navidades de 2006, cuando se aprobó un Real Decreto para proteger a los consumidores, y se puso en marcha una campaña de prevención para dar a conocer los riesgos de este parásito, que se encuentra exclusivamente en el pescado. Reacciones alérgicas y alteraciones digestivas son las consecuencias de esta infección, cuya incidencia empieza a crecer en nuestro país.
Una infección muy molesta
Sólo tienen que pasar unas horas para que los síntomas de esta infección se manifiesten. Suele aparecer dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las larvas, que suelen medir hasta 2 cm, se pueden llegar incluso a expulsar tosiendo. Si pasan al intestino, la respuesta se puede producir hasta una o dos semanas después y causa síntomas similares a la enfermedad de Crohn.
Las personas sensibles pueden llegar a sufrir severas reacciones anafilácticas después de comer pescado infectado por anisakis y la reacción puede confundirse con alergia al marisco, ya que los anisákidos son difíciles de encontrar en una prueba.
Las modas gastronómicas que incluyen consumo de pescado crudo o poco hecho, y el agotamiento de los caladeros tradicionales de pesca, que han obligado a adentrarse en zonas más lejanas donde el parásito es más frecuente, hacen imprescindible que el sector de la restauración y cada consumidor en casa tengan claros los tres consejos básicos para prevenir la anisakiasis: limpiar el pescado lo más pronto posible, cocinarlo correctamente, ya que el calor destruye las larvas, y congelarlo en caso de que se vaya a consumir crudo o poco hecho a una temperatura inferior a -20º C durante al menos un día.
La salud y los viajes
sábado, 22 de marzo de 2008
Los destinos exóticos son las estrellas del turismo: A muchos turistas les atraen los viajes intercontinentales a lugares paradisíacos y culturas remotas. Las selvas ecuatoriales, playas tropicales, sabanas africanas o los más exóticos paisajes asiáticos son destinos favoritos del turismo mundial.
El problema es que en la mayor parte de estos países existen enfermedades ya erradicadas en los países desarrollados. Un viaje de ensueño puede convertirse en una pesadilla si no tomamos ciertas medidas de precaución. La prevención es la mejor forma de asegurarse de que las vacaciones no se conviertan en una mala experiencia.
Lo primero que debemos hacer: vacunarnos
Antes de planear cualquier viaje, debemos informarnos de las características sanitarias de cada país, datos que obtendremos de nuestra agencia de viajes o de las embajadas correspondientes. El viajero ha de tomar nota de las precauciones sanitarias y vacunas que se deben tomar antes y después de realizar un viaje.
Para vacunarnos nos debemos dirigir a los Centros de Vacunación Internacional que hay en todas las capitales provinciales, ya que estos son los únicos donde podremos conseguir la tarjeta de vacunación, necesaria para acceder a muchos países y sin la cuál pueden denegarnos la salida del aeropuerto de destino. Es importante empezar a prepararnos al menos con un mes de antelación, ya que muchas vacunas necesitan de un tiempo mínimo antes de ser efectivas.
El tiempo de estancia fuera del país de origen es también determinante a la hora de resolver el tipo de vacuna y cómo se administra. Si estamos en una zona exótica menos de quince días, en un área urbana y en hoteles dentro de rutas turísticas preestablecidas, hay un riesgo relativamente bajo. El peligro se incrementa cuando las estancias se prolongan más de tres semanas y el turista se desvía de las rutas habituales.
Cada lugar, una vacuna
La vacuna de la fiebre amarilla debe administrarse si viajamos a África y Sudamérica, aunque en casos particulares como las embarazadas y los niños menores de nueve años está contraindicada. Esta inyección es capaz de inmunizar durante 10 años. Tratarse contra la hepatitis A y B también es muy frecuente, todo depende de las recomendaciones de nuestro médico.
Enfermedades ya desaparecidas en el Primer Mundo como la meningitis del tipo A y del tipo C, siguen hoy siendo peligrosas en el norte de la India, Nepal, Bhutan, Pakistán y el África Subsahariana. La vacuna sólo es necesaria para casos en los que el viajero se quede en el país extranjero más de un mes, especialmente si se pretende residir en zonas rurales y en estrecho contacto con la población local.
En Bangladesh, Bolivia, China, Ecuador, Etiopía, México, India, Filipinas y Tailandia se aconseja además la vacuna antirrábica, porque en esos lugares no se puede conseguir y es aconsejable administrarla antes de correr cualquier riesgo. Veterinarios, zoólogos y espeleólogos son los más expuestos a este tipo de infección.
Existen patologías propias de los países exóticos que además son muy peligrosas, como por ejemplo, la enfermedad del sueño, el cólera, las fiebres hemorrágicas víricas, la fiebre tifoidea, la tuberculosis y la malaria o paludismo. La OMS emite un boletín donde se avisa de los países de riesgo.
Cuidado con lo que comemos
Diarreas y gastroenteritis son muy comunes entre los turistas, sobre todo por ingerir comida o bebida en mal estado. El agua, aunque sea potable, tiene que ser siempre embotellada y, a ser posible, optar por marcas conocidas. La mayoría de los virus se encuentran en el agua, así que esta medida de precaución nos puede evitar muchas complicaciones. Hay que utilizar agua embotellada también para lavarnos los dientes o en la higiene personal. Evitaremos tomar helados en la calle y bebidas con cubitos de hielo, ya que no sabemos de dónde procede el agua que contienen.
También debemos llevar un botiquín con los medicamentos básicos. Analgésicos, antihistamínicos, antibióticos, antiespasmódicos y antidiarreicos son fundamentales en zonas tropicales. Además, añadiremos algunas herramientas como tijeras, gasas estériles, esparadrapo, tiritas y un termómetro.
Para evitar las picaduras de insectos, no olvidemos los productos repelentes y medicamentos calmantes. Evitando salidas al anochecer y al amanecer, y cubriendo nuestro cuerpo lo máximo posible, reduciremos el riesgo de picaduras.
Las dietas severas prolongan la vida
martes, 18 de marzo de 2008
Las dietas severas activan dos genes capaces de prolongar la vida
Desde hace años los científicos saben que reducir sustancialmente la ingesta de calorías (entre un 40 y un 60 por ciento, en el borde mismo de la desnutrición) tiene el efecto de alargar la esperanza de vida en un gran número de especies, desde las simples levaduras hasta los primates, pasando por todo tipo de insectos, gusanos y roedores. Sin embargo, y a pesar de la intensidad de la búsqueda, las bases moleculares que se encuentran detrás de este sorprendente efecto han seguido ocultas a la mirada de los investigadores.
Dos grupos de científicos diferentes publicaron por separado en 2007 en la revista Nature una respuesta parcial a este interrogante revelando la función que dos proteínas (la PHA-4 y la SKN-1) desempeñan a la hora de alargar la vida de un pequeño gusano muy empleado en los laboratorios, Caenorhabditis elegans.
Estas proteínas son ya conocidas como factores de transcripción (regulan la expresión de varios genes). No obstante, se cree que estas dos proteínas tienen otra función, que sería la de activar las hormonas que coordinan la respuesta del organismo a una ingesta de alimento restringida. Si se dan todas las condiciones favorables, la restricción de la dieta de C. elegans tiene el efecto de incrementar su esperanza de vida entre un 20 y un 50 por ciento con respecto a los ejemplares que siguen una dieta normal.
El virus del Papiloma Humano (VPH)
sábado, 8 de marzo de 2008
Los virus del Papiloma Humano (VPH) son una familia de virus que han convivido con la especie humana durante decenas de milenios. Sin embargo, el descubrimiento de que la infección por VPH causa el cáncer de cuello de útero es relativamente reciente. Este hallazgo ha permitido luchar contra este cáncer al desarrollar una vacuna contra el VPH.
Cuando una persona vacunada se ve expuesta al virus, rápidamente, el sistema inmunitario puede hacerle frente y evitar así ser infectada. De esta manera, se previenen las enfermedad secundarias provocadas por esta infección, que en el caso del VPH, puede llegar a ser tan grave como el cáncer de cuello de útero. Aparte de ser responsable de casi el 100% de dichos cánceres, el VPH también se relaciona con el 90% de los cánceres anales, con el 40% de los cánceres de vulva y pene, y con el 100% de las verrugas genitales.
Actualmente, existen dos tipos de vacunas comercializadas: Gardasil®, que protege frente a los tipos de VPH 16, 18, 6, y 11, y Cervarix® que actúa frente a los tipos 16 y 18. Teniendo esto en cuenta, las dos protegen casi al 100% frente a los tipos 16 y 18 del VPH, los responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero. Ambas vacunas han demostrado ser altamente eficaces y seguras para su prevención (ninguna de las dos vacunas contiene virus activos y, por tanto, es totalmente imposible infectarse con el VPH a partir de su administración). Tampoco causan efectos secundarios importantes.
La duración efectiva todavía se desconoce. Se estima que puede ser muy prolongada, aunque es posible que en un futuro sea necesaria una dosis de refuerzo.
En España, cada año se diagnostican alrededor de 2.100 nuevos casos de cáncer de cuello de útero y mueren unas 740 mujeres por esta misma causa. Esto significa dos muertes al día por culpa de este tumor que, en su mayor parte, es prevenible. Nos encontramos ante un gran avance científico que puede significar el principio de la erradicación de un importante cáncer.